En medio de la gran desolación
en la que se convirtió el país -donde se apilan los muertos en las calles, hay serios riesgos de epidemias y la entrega de ayuda es una tarea difícil- una portavoz de Naciones Unidas confirmó que la gente se llevó los alimentos. A tres días del terremoto, la búsqueda de gente bajo los escombros es cada vez más desesperante.