Bajo el nombre "El rostro real de Jesús", el History Channel presenta un especial de dos horas sobre cómo se logró una animación 3D de Cristo.
Con la idea de conseguir la imagen más cercana a la realidad, los productores del programa se pusieron en contacto con un equipo de expertos liderado por Ray Downing,
el mismo que el año pasado devolvió a la vida a Abraham Lincoln gracias a la tecnología.
Aunque son reconocidos expertos, esta vez el equipo del Studio Macbeth y Downing enfrentaban un desafío mayor. Cuando en
En el caso de Jesús, las opciones eran muy limitadas. De hecho, basaron su trabajo en uno de los íconos del cristianismo: el Santo Sudario de Turín, una tela antiquísima, delicada, cubierta de sangre, polvo y manchas. Un lienzo de lino que se deshace con el paso corrosivo del tiempo. La sábana con la que se supone envolvieron a Jesús luego de la crucifixión y que ha sido protagonista de múltiples polémicas durante siglos a raíz de su autenticidad.
Pero ese era un punto que los expertos no iban a cuestionar. Viajaron hacia el oeste del país para visitar a John Jackson, un profesor de Física de la Universidad de Colorado que viene trabajando con el Sudario y las impresiones que hay en él desde 1978. Downing y su equipo se entregaron a la imagen borrosa de ese hombre crucificado y aplicaron la tecnología más sofisticada y lo último en software de animación y 3D. Nunca nadie lo había intentado antes. Y nunca nadie llegó tan lejos. El resultado es un rostro en tres dimensiones, viviente, móvil, real del hombre al que millones consideran Dios hecho hombre.
Unidas por la curiosidad, ciencia y religión se dieron la mano para revelar uno de los grandes misterios de la historia: cómo era Jesús.
"Nosotros levantamos la sangre del sudario y la aislamos a la computadora y la imprimimos sobre un fondo transparente". Los ingenieros en sistemas, artistas, animadores y expertos en 3D hicieron el resto. El resultado los sorprendió: la imagen que obtuvieron no resultó semejante al popularizado rostro de Jesús. Este hombre, que se levantaba como una escultura digital frente a sus ojos era bajito, moreno y no tenía los ojos azules.
Escondido entre las fibras de lino y preservado en el tiempo, el rostro y el cuerpo de ese hombre esperaban ser descubiertos. El Santo Sudario fue el punto de partida. Este año, volverá a exponerse al público después de una década guardado y protegido. Entre el 10 de abril y el 23 de mayo, millones de personas volverán a asombrarse con él en la Catedral de San Juan Bautista en Turín. Incluso el Papa Benedicto XVI lo verá en personael 2 de mayo. Pero antes podrán hacerlo por
nota:clarin