Según el parte médico, el estado de salud de Cristina Fernández de Kirchner cambió respecto del sábado, luego de que el domingo a las 19.30 tuviera una “sensación de hormigueo en su brazo izquierdo”, por lo cual se decidió su internación en la clínica.
La información médica suministrada por los doctores Facundo Manes (director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro) y Gerardo Bozovich (director médico de la Fundación Favaloro) confirmó que la Presidenta “fue internada nuevamente en el Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, para su preparación y estudios cardiovasculares prequirúrgicos”.
Allí, admitieron que “la inicial propuesta de reposo y observación indicada el 5 de octubre pasado, con fundamento en el hematoma subdural crónico diagnosticado, debió ser modificado”, debido a que la mandataria “presentó el día de ayer, domingo 6 de octubre, a las 19.30 una sensación de ‘hormigueo’ en su brazo izquierdo”.
La Presidenta estuvo acompañada por su hijo Máximo Kirchner, quien se retiró a media tarde por la entrada de la calle Venezuela al 1700 -la clínica tiene ingreso por Avenida Entre Ríos, Belgrano y Solís también- visiblemente preocupado.
“Bastante sencilla”
Por otra parte, según fuentes médicas, la intervención quirúrgica a la que será sometida hoy la Presidenta es “bastante sencilla”.
“Lo más común es abrir un pequeño orificio en el cráneo, drenar el hematoma y cerrar”, indicó el neurólogo Gabriel Persi, especialista del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires. “Entre las actividades que hacen los neurocirujanos es una cosa bastante sencilla que se hace frecuentemente”, agregó el facultativo.
El 90% son operaciones exitosas
Nueve de cada diez operaciones de hematomas subdurales crónicos, como la que deberá afrontar hoy la Presidenta resultan exitosas, aseguró ayer el neurocirujano Diego Fidel Martínez.
“En el 90% de los casos, y si los neurocirujanos están bien capacitados, conocen la patología y son cautelosos, es una cirugía que presenta una buena evolución”, aseveró Martínez.
Señaló que en estas operaciones “lo habitual es la realización de dos craniectomías, una anterior y otra posterior, del lado en que se localice el hematoma”.
Martínez explicó que el procedimiento consiste en “abrir la primera cubierta del cerebro, para exponer el hematoma y proceder a su evacuación. Una vez retirado el hematoma subdural se controla que no haya ningún vaso sangrante activo y se procede a la finalización de la cirugía”.
“Lo que sigue es esperar la reexpansión del cerebro y que este vuelva a ocupar el lugar que estaba ocupando el hematoma. Una buena evolución tarda entre cinco y seis días hasta que se evalúa dar el alta”, concluyó.