El chico sufrió vejaciones. No podía ni mantenerse parado por su debilidad. Casi no le daban de comer. Su escuálido cuerpo exhibía las heridas de quemaduras con espiral, hematomas por golpes y otras lesiones. Lo llevaron al hospital de Mercedes, pero ya estaba muerto.
La abuela paterna, curiosa en el velatorio, revisó el cuerpo en el ataúd. Contó que vio a su nieto con la cabeza completamente vendada con gasa y desde el cuello hasta los genitales envuelto con cinta adhesiva. Sólo las piernas estaban descubiertas.
En el acta de defunción se indicó que falleció por enfermedad.
Hace unos días los padres quedaron detenidos. El papá, en la comisaría 1ª de Mercedes y la mamá con arresto domiciliario, por tener una beba de 8 meses que amamanta.
Familiares junto a la ONG Infancia Robada impulsarán una profunda investigación. Apuntan al padre por malos tratos. Una historia de pobreza y desidia.
Crueldad
Efraín Gómez (33) y Mirta Avaro (22) llegaron desde Santa Fe en los últimos meses de 2009 y se radicaron en el predio de la Cruz Gil, distante a unos 8 kilómetros del casco urbano de la ciudad de Mercedes.
De condición humilde, se cobijaron en una modesta vivienda y para ganarse el sustento preparaban comidas para vender a promeseros o visitantes del Gaucho Gil. También Efraín hacía changas como albañil y otras tareas temporarias. El hombre, con cierta inclinación por la bebida alcohólica, es padre de otros tres varones de 6; 11 y 12 años, que no conviven con él.
Efraín con su nueva pareja tuvo a Maxi, el nene que murió y una beba que actualmente tiene ocho meses.
A fines de noviembre de 2009 la abuela paterna viajó desde Santa Fe a Mercedes y se llevó a su nieto Maxi, a quien hizo revisar por un pediatra.
“El pobre estaba muy flaco, muy desnutrido. El médico me dijo que la talla y el peso no estaban acorde con su edad”, dijo la abuela, además de parientes también preocupados por la situación.
El 26 de diciembre de 2009 la madre fue a buscar a su hijo a Santa Fe y volvieron a Mercedes.
El 30 de enero de 2010 la criatura falleció en el hospital de Mercedes.
La abuela vino desde Santa Fe y no ocultó su intriga por el deceso del nieto. Llamó su atención cómo lo entregaron el cuerpo.
“El nene estaba en el cajón como una momia”, narró la mujer.
La abuela regresó a Santa Fe, pero hace más de un mes y medio volvió a Mercedes junto a una hija buscando explicación por el final que tuvo su nieto.
En esa tarea tomaron contacto con militantes de la ONG Infancia Robada y se pusieron a trabajar.
Antecedentes de maltrato
De la investigación preliminar surgió que Efraín sometía a severos castigos a sus otros tres hijos que actualmente tienen 6; 11 y 12 años y que residen en Santa Fe.
El más damnificado por los terribles castigos fue el pibe que hoy tiene 12 años.
Un pariente comentó que “esas criaturas le tienen terror al padre”.
Efraín Gómez se encuentra preso desde el 21 de mayo último en la comisaría 1ª bajo los cargos de homicio intencional por omisión agravado por el vínculo.
La abuela paterna, curiosa en el velatorio, revisó el cuerpo en el ataúd. Contó que vio a su nieto con la cabeza completamente vendada con gasa y desde el cuello hasta los genitales envuelto con cinta adhesiva. Sólo las piernas estaban descubiertas.
En el acta de defunción se indicó que falleció por enfermedad.
Hace unos días los padres quedaron detenidos. El papá, en la comisaría 1ª de Mercedes y la mamá con arresto domiciliario, por tener una beba de 8 meses que amamanta.
Familiares junto a la ONG Infancia Robada impulsarán una profunda investigación. Apuntan al padre por malos tratos. Una historia de pobreza y desidia.
Crueldad
Efraín Gómez (33) y Mirta Avaro (22) llegaron desde Santa Fe en los últimos meses de 2009 y se radicaron en el predio de la Cruz Gil, distante a unos 8 kilómetros del casco urbano de la ciudad de Mercedes.
De condición humilde, se cobijaron en una modesta vivienda y para ganarse el sustento preparaban comidas para vender a promeseros o visitantes del Gaucho Gil. También Efraín hacía changas como albañil y otras tareas temporarias. El hombre, con cierta inclinación por la bebida alcohólica, es padre de otros tres varones de 6; 11 y 12 años, que no conviven con él.
Efraín con su nueva pareja tuvo a Maxi, el nene que murió y una beba que actualmente tiene ocho meses.
A fines de noviembre de 2009 la abuela paterna viajó desde Santa Fe a Mercedes y se llevó a su nieto Maxi, a quien hizo revisar por un pediatra.
“El pobre estaba muy flaco, muy desnutrido. El médico me dijo que la talla y el peso no estaban acorde con su edad”, dijo la abuela, además de parientes también preocupados por la situación.
El 26 de diciembre de 2009 la madre fue a buscar a su hijo a Santa Fe y volvieron a Mercedes.
El 30 de enero de 2010 la criatura falleció en el hospital de Mercedes.
La abuela vino desde Santa Fe y no ocultó su intriga por el deceso del nieto. Llamó su atención cómo lo entregaron el cuerpo.
“El nene estaba en el cajón como una momia”, narró la mujer.
La abuela regresó a Santa Fe, pero hace más de un mes y medio volvió a Mercedes junto a una hija buscando explicación por el final que tuvo su nieto.
En esa tarea tomaron contacto con militantes de la ONG Infancia Robada y se pusieron a trabajar.
Antecedentes de maltrato
De la investigación preliminar surgió que Efraín sometía a severos castigos a sus otros tres hijos que actualmente tienen 6; 11 y 12 años y que residen en Santa Fe.
El más damnificado por los terribles castigos fue el pibe que hoy tiene 12 años.
Un pariente comentó que “esas criaturas le tienen terror al padre”.
Efraín Gómez se encuentra preso desde el 21 de mayo último en la comisaría 1ª bajo los cargos de homicio intencional por omisión agravado por el vínculo.