Ricardo Martinek

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martes, 21 de diciembre de 2010

El Planetario porteño Galileo Galilei ofreció la posibilidad de apreciar el espectáculo a través de telescopios

El Planetario porteño Galileo Galilei ofreció la posibilidad de apreciar el espectáculo a través de telescopios, gratis, en Sarmiento y Belisario Roldán entre las 3.30 y las 5 de mañana.

Los eclipses totales de Luna son poco habituales. El último ocurrió el 21 de febrero de 2008. Es que para que se produzca, el Sol, la Tierra y su satélite deben forman una perfecta línea recta en el espacio. Pero como la órbita lunar está inclinada con respecto a la de la Tierra, la mayoría de las veces pasa por encima o por debajo de la sombra (si así no fuera, cada Luna llena habría eclipse).

El satélite asomó poco antes de las 20 de ayer por el Noreste, y durante varias horas se vio redondo e iluminado. A las 3.33 comenzó el cambio, cuando la Luna entró en la umbra, la parte central de la sombra que la Tierra proyecta al espacio. De ahí en más, la redondeada sombra terrestre cubrió progresivamente al disco lunar.

A las 4.41 llegó lo mejor: el inicio de la parte central del eclipse, cuando la Luna quedó completamente hundida en la sombra terrestre y tomó un suave color rojizo anaranjado. A las 5.40, aún en pleno eclipse, se ocultará en el Noroeste mientras, en el Este, el Sol comenzará a salir. Será una inusual puesta de Luna.
Por una coincidencia astronómica, este último eclipse de Luna del 2010 coincidió con el solsticio de diciembre.
La totalidad del eclipse se apreció desde el Océano Pacífico, América del Norte, América Central y el noroeste de América del Sur. Desde el oeste de Europa y África solo se vio el comienzo del fenómeno.

En las islas del Pacífico, Alaska, el oeste de Estados Unidos y México; el oscurecimiento de la Luna comenzó antes de la medianoche. Para los ubicados en el Hemisferio Norte, el eclipse ocurrió la noche previa al día más corto del año, mientras que en el Hemisferio Sur sucedió lo contrario.

LA PETROLERA MAXICANA SABIA

Negligencia. Esa es la causa de la explosión de un oleoducto y de los 28 muertos en México. Al menos, esa es la acusación que hizo el diputado federal del PRI Arturo Zamora Jiménez que exigió la renuncia del director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel. ¿Los motivos? Hace nueve meses que sabía de las tomas clandestinas por las que se robaban el combustible y en donde se produjo el siniestro.


Para Zamora, el presidente de Pemex fue "negligente" y no hizo lo suficiente para revertir la situación. En marzo pasado el Poder Legislativo le anunció la existencia de más de 550 tomas clandestinas a lo largo de la infraestructura de la empresa.

"Es evidente que el director de Pemex debe renunciar porque en el mes de marzo de este año aquí en la Cámara de Diputados denunciamos públicamente la existencia de poco más de 550 tomas clandestinas de combustible, denunciamos este hecho, incluso pusimos el ejemplo de Yucatán donde había más de 300 tomas clandestinas, cuando hay 150 estaciones de servicio", dijo Zamora, según la prensa mexicana.

Mientras llueven las acusaciones por la explosión en Puebla, el Ejército mexicano mantiene cercada la zona afectada por la explosión del oleoducto y busca cuerpos entre los escombros.

Decenas de habitantes de la localidad de San Martín Texmelucan que fueron evacuados por el fuego no pueden revisar el estado de sus viviendas porque los soldados han cerrado las calles en un radio de unos 500 metros alrededor del epicentro de la tragedia.
Las autoridades temen que entre los escombros haya más víctimas mortales a sumar a las 28 ya localizadas, 13 de ellos menores de edad, por la potencia de la explosión, que destruyó 32 casas y causó daños a otras 83. Además de herir a unas 52 personas.

Unas 160 personas fueron evacuadas en un refugio que fue visitado por la primera dama de México, Margarita Zavala.

Numerosas calles de San Martín Texmelucan, a unos 100 km al este de la Ciudad de México, amanecieron con el pavimento deshecho, postes quebrados y coches y árboles calcinados, pero aún en pie.

En ese escenario, peritos de la fiscalía continúan con las investigaciones para confirmar que la fuga de crudo del ducto se debiera a una perforación clandestina para robar el combustible.

"Todo parece indicar que es una 'ordeña', como se le llama en el argot, que es robo de combustible formalmente hablando", explicó Ricardo Nájera, vocero de la Procuraduría (fiscalía) General de la República.

Sin embargo, Juan José Suárez, director de la paraestatal Pemex, reiteró este lunes que no se descarta que la fuga fuera producto de un problema en el ducto.

El secretario de Gobernación del estado de Puebla, Valentín Meneses, acusó el domingo a una "banda de delincuentes" de perforar clandestinamente el ducto de Pemex para robar petróleo.

El presidente Felipe Calderón visitó la tarde del domingo San Martín Texmelucan, de unos 135.000 habitantes, y recibió reclamos de los afectados.

Según las autoridades, en los últimos años se ha multiplicado el robo de combustible de los ductos de Pemex en distintos puntos del país, llegándose a detectar en promedio uno cada tres días.