Ricardo Martinek

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domingo, 11 de abril de 2010

En la ruta del tren bala: un viaje eterno, a la velocidad del caracol

Phileas Fogg estaba a punto de lograr su hazaña. Había atravesado mares y continentes en barcos, trineos, yates y elefantes. Sólo le quedaba tomar el tren de Liverpool a Londres, adonde había apostado volver exactamente en 80 días. Al llegar a la estación, creyó haber perdido por un retraso de cinco minutos. Toda la planificación se le había derrumbado. No tuvo en cuenta un detalle salvador: como había dado la vuelta al mundo hacia el este, en dirección al sol, había descontado un día a lo largo del recorrido. El aventurero sí había ganado la apuesta y el amor y la fortuna lo aguardaban.

El periplo imaginado por Julio Verne, en 1873, tuvo la suerte de no incluir el trayecto que une Buenos Aires, Rosario y Córdoba, la ruta que los funcionarios y la ciencia-ficción tienen reservada para el primer Tren Bala argentino. A cuatro años del anuncio de Néstor Kirchner sobre la llegada del adelanto y a dos de la adjudicación de la obra a un consorcio europeo, firmada por la presidenta Cristina Kirchner, se tarda hasta 18 horas en completar el viaje. Unas cuantas horas más de lo que insume volar a las Pirámides de Egipto o a la Torre Eiffel.

La estación del futuro no ha sido construida: no hay carteles ni obradores, los trabajadores ferroviarios no han sido capacitados y los pasajeros soportan hasta lo insólito, como el de tener que hacer tramos en colectivos que no pasaron por el lavadero y paradas en estaciones de servicio donde hay que pagar 50 centavos para ir al baño.

Mañana comienza la más importante cumbre mundial sobre seguridad nuclear

Cuarenta y siete jefes de Estado discutirán medidas "para evitar que armas nucleares caigan en manos de grupos terroristas". Pondrán el foco en el programa nuclear iraní. Asistirá Cristina Kirchner, quien dijo que Argentina usa la energía nuclear para "fines científicos".



Todo está listo para dar inicio mañana lunes a la cumbre sobre seguridad nuclear en Washington, donde 47 jefes de Estado acordarán la forma como garantizarán la seguridad de los materiales nucleares en los próximos cuatro años para evitar que estos puedan ser usados por organizaciones terroristas o por gobiernos hostiles.


Durante la cumbre, que se celebrará mañana y el martes, los líderes mundiales discutirán acerca de los peligros de la proliferación nuclear y la posibilidad de que grupos terroristas como Al Qaeda puedan tener acceso a esos materiales nucleares.

"Queremos que la atención del mundo se enfoque donde creemos que debe estar, ante los continuos esfuerzos de Al Qaeda y otros grupos de tener suficientes materiales nucleares como para causar un daño terrible, la destrucción y la pérdida de vidas'', dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

El otro tema obligado de esta cumbre de dos días será el programa nuclear iraní, y las sospechas de que el gobierno de Teherán desarrolla un arma atómica.

Los gobiernos acusados de no respetar el Tratado de No Proliferación Nuclear, como Irán, Corea del Norte y Siria, no fueron invitados a esta cumbre, a pesar de que ellos serán uno de los temas centrales a discutir.

El encuentro será aprovechado por el mandatario estadounidense, Barack Obama, para buscar el apoyo de China, que se ha mostrado reticente a aprobar cualquier sanción contra el régimen iraní por su programa nuclear.

Por America Latina, la cumbre contará con la representación de los presidentes de Chile, Argentina, Brasil y México.

La mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo al respecto que su país "tiene un papel muy claro en el desarrollo nuclear", destinado "específicamente en lo científico", para ser usado en la generación de energía y en el campo científico.

La cumbre sobre seguridad nuclear se enmarca dentro de la iniciativa anunciada desde el año pasado por el presidente Obama "sin armas nucleares".

El martes de la semana pasada, la Casa Blanca dio a conocer su nueva estrategia nuclear. En ella se compromete a no usar armas nucleares contra países que no las tienen, ni a responder con armas químicas o biológicas ante ningún ataque.

Pero esta doctrina deja por fuera a Corea del Norte y a Irán, porque: su "comportamiento ha aumentado la inestabilidad en sus regiones y podría generar presiones en países vecinos para plantearse el obtener armamento nuclear propio".

El siguiente paso hacia un mundo libre de armas nucleares, se concretó el pasado jueves cuando los presidentes, Obama de Estados Unidos y Dimitri Medvédev, de Rusia, firmaron el nuevo tratado START, que los compromete a reducir sus ojivas nucleares a 1.550 cada uno.