Ricardo Martinek

Ricardo Martinek
Programa en vivo 96.3 Fm Alvear Con Estilo Propio

miércoles, 7 de abril de 2010

hay casi 100 muertos

Un temporal de lluvias, que azotó a Río de Janeiro desde la noche del lunes hasta ayer-considerado el peor desde que se toman registros hace 30 años-, sumergió a la ciudad en la parálisis y el caos, cobrándose la vida de casi 100 personas, en su mayoría habitantes de las favelas en los morros cariocas.

Según Defensa Civil, hasta anoche el número de víctimas fatales ascendía a 88, pero el Cuerpo de Bomberos aseguró que por lo menos 95 personas perdieron la vida hasta ahora. Entre las víctimas hay familias enteras, niños e incluso bebés.

El presidente de Brasil Lula da Silva "pidió a Dios" que cese la lluvia sobre la ciudad, donde se concentra la mayor cifra de víctimas mortales, y donde había riesgo de derrumbe para las viviendas precarias de los sectores más empobrecidos. La ciudad quedó literalmente sumergida en el caos: el transporte, paralizado y las clases, suspendidas.

"La humanidad no puede controlar la intemperie y cuando llueve durante más de 15 horas seguidas, como ahora, los trastornos son demasiado grandes", se atajó Lula en declaraciones a radio Tupí en Río, donde justo ayer tenía previsto visitar favelas.

"Hoy está lloviendo en Río lo que llueve en un mes, entonces que la gente se quede en casa y que quienes ya están en la calle tengan calma, porque el momento es muy serio", subrayó el mandatario.
Desde el inicio de la mañana, las autoridades estaduales y municipales pidieron a la población permanecer en sus casas y abandonarlas en el caso de las ubicadas en las favelas, consideradas áreas en riesgo por los aludes de lodo.

"La prioridad es salvar vidas y evitar más muertes. Por favor, salgan de sus casas y vayan hasta lugares seguros, aquellos que vivan en las zonas de riesgo. Quedarse allí es casi un suicidio", pidió el gobernador del Estado, Sergio Cabral. Advirtió que hay previsión de más lluvias y calculó que 10.000 casas están en peligro de caer o ser arrastradas por deslizamientos.