“Se está produciendo un tormenta solar”, contó a Clarín el investigador en geofísica Julio César Gianibelli, del Observatorio de la Universidad Nacional de La Plata.
Esa tormenta implica eyecciones de masa de la corona del Sol, que esparcen filamentos hacia el espacio interplanetario.A su vez, esos filamentos llevan “congelado” un campo magnético que puede interactuar con el campo magnético de la Tierra, según el investigador. Esa interacción se produjo ayer a las 20.30 (hora argentina) a 68.000 kilómetros de la superficie terrestre. Y en el hemisferio norte, en países como Noruega y Dinamarca, astronómos aficionados y profesionales ya empezaron anoche a tomar imágenes de fenómenos como las auroras que se registran como consecuencia de la tormenta solar y consisten en resplandores de colores que van desde el rojo al azul .
“Por el momento, no tenemos evidencias de que esta tormenta solar vaya a producir algún efecto en el hemisferio sur. No serían afectadas las telecomunicaciones, en la Argentina, pero tampoco veremos resplandores, como los que se observarán en el hemisferio norte”, aclaró Gianibelli.
La tormenta empezó en la superficie solar y creó un “tsunami” de filamentos que van a una velocidad de 900 kilómetros por segundo , y que impactan con el campo magnético terrestre. Este fenómeno –según Gianibelli– podría marcar el inicio de un nuevo ciclo del Sol que dura alrededor de once años, y preocupa a los científicos . De hecho, el 16 de julio pasado investigadores de 25 países se reunieron en Bremen, Alemania, para debatir sobre cómo prepararse ante las tormentas solares.
“El problema con las tormentas solares es determinar cómo predecirlas y qué hacer para protegernos de sus efectos”, enfatizó Lika Guhathakurta, la presidente del Programa Internacional Viviendo con una Estrella, en las oficinas centrales de la NASA. “Necesitamos avanzar en este tema antes de que llegue el siguiente máximo solar, calculado para alrededor del año 2013”, agregó en un comunicado de la agencia espacial.
Si las predicciones son correctas, el ciclo solar llegará a su máximo en los años cercanos a 2013. Y aunque probablemente no sea el máximo más grande del que se tenga registro, la sociedad humana nunca ha sido más vulnerable, de acuerdo con los investigadores que estuvieron en el encuentro en Alemania.
Los elementos básicos de la vida diaria —desde las comunicaciones hasta la predicción del estado del tiempo y los servicios financieros— dependen de los satélites y de la electrónica de alta tecnología.
Un informe de 2008, que fue llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, advirtió que una tormenta solar como las que ocurren una vez al siglo podría causar miles de millones de dólares en daños económicos. Por el momento, hay una flota de observatorios de países como Estados Unidos, Japón, Rusia, y la Unión Europea, que monitorean la situación.
En China están construyendo una “boya espacial” llamada “KuaFu”, cuyo nombre proviene de un gigante de la mitología china que quería capturar al Sol. Tomará muestras del viento solar que se desplaza corriente arriba respecto de la Tierra.