tiroteo escuela Río de Janeiro En la carta, Wellington Menezes de Oliveira advierte que "los impuros" no podrán tocar su cuerpo salvo si usan guantes: "Sólo los castos o los que perdieron sus castidades después del casamiento y no se involucraron en adulterio podrán tocarme sin usar guantes", escribió el agresor.
"Nada que sea impuro podrá tocar mi sangre, ningún impuro puede tener contacto con un virgen sin su permiso", agrega el texto, que recomienda además que los encargados de su entierro deben quitarse su ropa, bañar su cuerpo y envolverlo en una sábana blanca que dejó especialmente preparada en un bolso. De ser posible, quiero ser enterrado al lado de la sepultura donde está mi madre. Mi madre se llama Dicéa Menezes de Oliveira y está enterrada en el cementerio Murundu”.
La carta concluye con un pedido típico de un fiel católico y con un acto benéfico: "Necesito la visita de un fiel seguidor de Dios en mi sepultura al menos una vez, necesito que rece delante de mi sepultura pidiendo el perdón de Dios por lo que hice, rogando para que en su llegada Jesucristo me despierte del sueño de la muerte para la vida. Dejé una casa en Sepetiba que ningún familiar necesita. Existen instituciones pobres, financiadas por personas generosas que cuidan animales abandonados. Quiero que ese espacio donde pasé mis últimos meses sea donado a una de esas instituciones, ya que los animales son seres muy despreciados y precisan mucha más protección y cariño que los seres humanos, que cuentan con la ventaja de poder comunicarse y trabajar para alimentarse. Por eso, a los que se apropien de mi casa les pido que tengan buen tino y cumplan con mi pedido, ya que cumpliendo con mi pedido, automáticamente estarán cumpliendo con la voluntad de los padres que deseaban poner a mi nombre ese inmueble y todos saben esto".
Esos son algunos de las instrucciones que el agresor, de 23 años, dejó plasmados en la carta que minuciosamente escribió antes de matar a balazos a 11 alumnos, de entre 12 y 14 años, mientras que otros 13 adolescentes fueron heridos de gravedad.
En declaraciones a la red radial Band News de Río de Janeiro, la hermana del asesino, Roselane de Oliveira, dijo que Menezes “era muy raro, no tenía amigos y pasaba todo el tiempo en Internet”.
En tanto, según el coronel Djalma Beltrame de la Policía Militar, el joven “dejó una carta mostrando que su objetivo era matarse luego de cumplir con lo que se proponía. Es una carta que no tiene sentido, no tiene lógica”, enfatizó.
“Empleados de la escuela dijeron a los agentes que el joven llegó bien vestido, cargando una bolsa, y dijo que había sido llamado para conversar con alumnos para una conferencia. Así logró tener acceso al tercer piso del edificio donde se concentró el ataque”, explicó el coronel Evandro Bezerra, portavoz del cuerpo de bomberos a la televisión local.
Sin embargo, el adolescente Thiago Silva Motta, quien fue testigo de la llegada de Menezes a la escuela, afirmó que el asesino no formuló declaraciones de tenor político y que sólo pronunció tres frases antes de empezar a disparar contra los estudiantes: "Estoy en paranoia. Uso mi droga. Vine a dictar una conferencia".
Según las autoridades, el agresor fue a la escuela preparado y decidido a hacer lo que hizo. “La carta que fue encontrada con él es algo que no puede salir de una cabeza normal. Era el texto de un alucinado, de frases incomprensibles, de alguien que no tiene amor a la vida”, resumió Bezerra.