La Subsecretaría de Energía envió un nuevo pedido a organismos nacionales para que las petroleras apuren una solución para el desabastecimiento. El problema se agrava y afecta a sectores productivos y prestadores de servicios.
El Gobierno provincial volvió a reclamarle ayer a la Nación que solucione la escasez de combustibles en Corrientes, en un contexto en el que las petroleras aún no respondieron a los pedidos anteriores y la situación se agrava cada día más en las estaciones de servicio.
No solo falta naftas y gasoil en un promedio de 300.000 litros diarios (ese es el déficit medido por la Cámara de Expendedores), sino que los precios comenzaron a variar indiscriminadamente afectando el bolsillo de consumidores y productores o prestadores de servicio, como el caso de miles de remiseros y transportistas.
“Aún cuando el desabastecimiento de combustible líquido es responsabilidad directa de la Secretaría de Energía de la Nación, pero atendiendo a que la situación se agrava produciendo dificultades y consciente de la importancia que reviste el fluido para el desarrollo de las distintas actividades, el Gobierno provincial reitera el reclamo para que se adopten –a la brevedad– las medidas necesarias para normalizar el suministro”. Así informó ayer la gestión de Ricardo Colombi, que procedió ante los organismos nacionales reiterando el reclamo que hace dos semanas ya había realizado la Secretaría de Energía de la Provincia.
Hasta el momento, las soluciones concretas que prometieron las petroleras no se ven en las expendedoras locales que continúan desbordadas por colas de vehículos que llegan a 300 metros.
La situación es tan alarmante en una economía demandante, que ya se vivieron momentos de tensión en algunos surtidores por la bronca de automovilistas que deben esperar a veces una hora para poder cargar. Por ello, hubo estaciones que solicitaron custodia de la Policía de la Provincia.
Según el Gobierno correntino, “la escasez de combustible se agravó en los últimos días, provocando la irritación de mucha gente y sectores, que se ven perjudicados por el desabastecimiento de nafta (especialmente). Situación que llevó al Gobierno provincial a reiterar ante la Subsecretaría de Combustible de la Nación la “normalización inmediata” del suministro, más allá de que la responsabilidad directa atañe a dicho organismo nacional.
No solo falta naftas y gasoil en un promedio de 300.000 litros diarios (ese es el déficit medido por la Cámara de Expendedores), sino que los precios comenzaron a variar indiscriminadamente afectando el bolsillo de consumidores y productores o prestadores de servicio, como el caso de miles de remiseros y transportistas.
“Aún cuando el desabastecimiento de combustible líquido es responsabilidad directa de la Secretaría de Energía de la Nación, pero atendiendo a que la situación se agrava produciendo dificultades y consciente de la importancia que reviste el fluido para el desarrollo de las distintas actividades, el Gobierno provincial reitera el reclamo para que se adopten –a la brevedad– las medidas necesarias para normalizar el suministro”. Así informó ayer la gestión de Ricardo Colombi, que procedió ante los organismos nacionales reiterando el reclamo que hace dos semanas ya había realizado la Secretaría de Energía de la Provincia.
Hasta el momento, las soluciones concretas que prometieron las petroleras no se ven en las expendedoras locales que continúan desbordadas por colas de vehículos que llegan a 300 metros.
La situación es tan alarmante en una economía demandante, que ya se vivieron momentos de tensión en algunos surtidores por la bronca de automovilistas que deben esperar a veces una hora para poder cargar. Por ello, hubo estaciones que solicitaron custodia de la Policía de la Provincia.
Según el Gobierno correntino, “la escasez de combustible se agravó en los últimos días, provocando la irritación de mucha gente y sectores, que se ven perjudicados por el desabastecimiento de nafta (especialmente). Situación que llevó al Gobierno provincial a reiterar ante la Subsecretaría de Combustible de la Nación la “normalización inmediata” del suministro, más allá de que la responsabilidad directa atañe a dicho organismo nacional.