Ricardo Martinek

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Programa en vivo 96.3 Fm Alvear Con Estilo Propio

viernes, 25 de septiembre de 2009

CORRENTINO

En Londres premian a cartonero correntino que ahorró hasta instalar una radio solidaria
Juan Ramón Núñez tiene 35 años y ocho hijos

Fue elegido “Emprendedor del año” en la Argentina por una entidad inglesa, por crear su propia FM en un humilde barrio de Ciudad Oculta, en Buenos Aires, gracias a lo recolectado con su oficio de juntar cartón।

Jaqueados por la inseguridad, pero sobre todo por la marginalidad de muchos de los ciudadanos porteños y de los funcionarios de distintos gobiernos, se erige Ciudad Oculta. El barrio es una de las tantas villas miseria que hay en Buenos Aires y en el que todavía aparece, aunque sea a cuentagotas, alguna historia que permite soñar con un mundo mejor. Allí reside Juan Ramón, un correntino de 35 años, que con su oficio de cartonero logró ahorrar para instalar una humilde radio FM con fin solidario y que llevó a que una entidad inglesa lo distinga como “Emprendedor del año”.Juan Ramón Núñez tiene 35 años y ocho hijos. De oficio cartonero, el moreno hombre de rasgos aindiados fue elegido “Emprendedor del año” en la Argentina y en noviembre viajará a Londres para recibir su premio, otorgado por la Youth Business International, una entidad que galardona a jóvenes que superan diversas dificultades para concretar un objetivo social. En este caso, la creación de la FM La Milagrosa.“Cumplí el sueño de mi vida después de tanto sufrimiento. El logro no es personal, también es de mi familia y de los vecinos”, señala Juan Ramón en la esquina de Piedrabuena y Eva Perón, a unos metros de la emisora, según una nota publicada por el diario Clarín.La FM La Milagrosa funciona en una parte de su casa, en el mismo lugar donde hasta hace dos años acopiaba cartón, botellas y papeles. Porque la vida de Juan es un laberinto, un camino sinuoso donde el dolor siempre dio el presente. Él es el dueño de la voz que lleva las noticias del barrio. Con sus 35 años a cuestas, este correntino de un pasado marcado por hechos trágicos, superó varios escollos hasta lograr crear una radio que permite, por ejemplo, a que muchos chicos del barrio opten por ir a escuchar música o trabajar en la FM, antes que inmiscuirse en el tentador mundo de las drogas.Vida de tragedia y lucha“Cuando tenía un año, mi papá falleció de un paro cardíaco. Entonces mi mamá me entregó a una familia sustituta en Puerto Iguazú y desapareció”, repasa Juan Ramón.A los 23 años, la desgracia volvió a golpearlo cuando murió Nidia, la mamá de sus primeros dos hijos, también de un infarto. A esa altura Juan conducía un programa de radio en Misiones y sabía que estar frente a los micrófonos era lo suyo. “Quería fundar mi emisora y seguí ahorrando, a pesar de la tristeza de quedarme solo”, señala. Pero el sueño fue menos que el desvelo: alguien le robó los $ 15 mil que había logrado juntar. “A mí también me falló el corazón y me internaron. Cuando salí, pesaba 32 kilos y no tenía plata, trabajo, ni músculos”, recuerda el correntino.Juan tiene un hablar pausado que de a ratos se quiebra. Dice que recordar le duele, y cuando se emociona pide disculpas y se saca los anteojos. Juan nunca tuvo tiempo de llorar. Pero sigue: “La conocí a Carmen, el amor de mi vida, la que me da esperanzas, y vinimos a Buenos Aires. Bajamos del micro con dos bolsos, $ 120 y cuatro nenes”.Algunos ladrillos del Elefante Blanco, ese edificio gigante desdentado que con su espalda ancha custodia Ciudad Oculta, fueron la piedra fundamental de la casa de Juan. Su primer trabajo en la Capital fue como agente de seguridad en un supermercado chino, de lunes a lunes, por $ 300. Hasta que en un robo una bala hirió a un compañero y Carmen le pidió que hiciera otra cosa. Cartonero radial“Luego que mi compañero fue herido, largué el tema de seguridad y empecé a cartonear con un carro prestado. Salía a las 5 y volvía casi a medianoche, todos los días, incluso en Navidad”, relata con un fino hilo de voz. Con las monedas juntadas pagó el terrenito donde hoy vive con sus hijos, su nieta, el yerno, su hermana y el que no tenga dónde dormir. “Porque mi casa, como La Milagrosa, es de puertas abiertas”, agrega. Por lo general, Ciudad Oculta es conocida por su falta de seguridad. Es una zona donde la marginalidad está presente, aunque ahora los jóvenes, y aquellos marginados, tienen un hogar en forma de radio donde poder instruirse.

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