Con este concepto, docentes e investigadores universitarios realizarán, con la colaboración de gremios y directivos de establecimiento educativos, una tarea de concientización, difusión y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes, proponiendo la lucha contra este flagelo, desde las aulas y mediante un proyecto destinado a alumnos de escuelas primarias y secundarias.
El trabajo se realizará en el marco de un proyecto que propone educar en los valores relacionados con la defensa y el respeto a los Derechos Humanos en general, y a los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en particular. Para esto, se hará promoción de cuestiones relacionadas a la importancia de la abolición del trabajo infantil así como las consecuencias que éste genera en el desarrollo psíquico, físico y social de los niños, entre otros puntos.
El trabajo infantil en Corrientes no sólo es un problema evidente y de larga data, sino que carece de datos oficiales. Se sabe, sin embargo, que estimativamente 6 de cada 10 niños no van al jardín de infantes, en tanto que alrededor del 10 por ciento no asiste a la primaria y el 50 por ciento está fuera de la secundaria.
Frente a esta realidad, se presentó en la convocatoria 2009-2010 del programa Universidad en el Medio, y se aprobó para su realización durante el ciclo actual, el proyecto “Los daños al desarrollo psico – físico y social del trabajo Infantil”. La iniciativa pertenece a la Magister María Alejandra Silva, becaria del CONICET con asiento en la UNNE, docente de la Universidad Nacional de Rosario y a Héctor Hugo Boleso, docente del Instituto de Criminalística de la UNNE y Juez en lo laboral.
“La UNNE, a través de la extensión y su aval a este proyecto nos proporciona la oportunidad de llegar a la comunidad, en especial a la comunidad educativa y niñas, niños y adolescentes”, mencionó Héctor Boleso.
Objetivos y destinatarios. El proyecto se ejecutará este año, en escuelas primarias y secundarias del medio, “a fin de tener un contacto inmediato con docentes y en especial con el alumnado, de modo tal que los directamente interesados –niñas, niños, adolescentes- conozcan sus derechos, y de qué manera eventualmente pueden verse afectados por el trabajo infantil. Y cómo éste incide sobre la sociedad toda”, resumió el docente, al reflexionar que “una sociedad que descuida a sus niños, no tiene futuro”.
En este sentido, la tarea apuntará a “difundir y promover, entre docentes y alumnos, la educación en los valores relacionados con la defensa y el respeto a los Derechos Humanos, en general, y los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en particular; a concientizar acerca del valor fundamental que tienen: el derecho a la vida, lo cual incluye el derecho a un proyecto de vida, el derecho a la educación y el derecho a la salud, y de qué manera los afecta el trabajo infantil”.
Se explicará a los destinatarios, además, “por qué es necesario abolir el trabajo infantil y de qué manera éste afecta el desarrollo psíquico, físico y social de niñas, niños y adolescentes. Para ello también se difundirá la existencia de una legislación protectoria y se promoverá la vigencia efectiva de ésta”.
Para este proyecto, “contamos con la inestimable colaboración de gremios de la educación y directivos de establecimientos educativos”, destacó el doctor Boleso.
Riesgos del menor que trabaja. Sobre los conflictos o peligros que puede sufrir un menor que trabaja, indicó el docente que “en el tenor de los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil es aquél que daña el bienestar de los niños y menoscaba su educación, desarrollo y calidad de vida futura”.
Según la OIT, no todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. “Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Es obvio que, en el caso de niñas, niños y adolescentes, debemos relacionar la realización de tareas, con estos dos elementos: salud y educación”.
“Así, el término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”, explicó el co-director del proyecto al detallar que “es peligroso y perjudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; al tiempo que interfiere con su escolarización puesto que les priva de la posibilidad de asistir a clases; les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo”.
Situación local. “La carencia de datos oficiales dificulta muchísimo conocer la realidad social correntina”, dijo el profesional al ser consultado sobre la realidad correntina. Indicó, pese a ello, que “estimativamente, en Corrientes, 6 de cada 10 niños no van al jardín de infantes”.
Por otra parte, mencionó que sólo el 37 por ciento de los niños accede a la educación inicial al tiempo que “alrededor del 10 por ciento no asiste a la primaria y el 50 por ciento está fuera de la secundaria”. “El trabajo infantil, la falta de empleo y los bajos ingresos son las principales causas de la deserción escolar”, concluyó el docente.
Explicó que estos datos se dieron a conocer en el Primer Seminario de Inclusión Educativa, dictado por la Magíster María Alejandra Silva, coautora del proyecto.
“Recordemos de modo general que, es al inicio y al final del tiempo existencial que uno experimenta mayor vulnerabilidad, frente a la proximidad de lo desconocido (el nacimiento y la primera infancia, la vejez y la muerte). Todo medio social debe, así, estar atento a la condición humana. El medio social que descuida de sus niños no tiene futuro. El medio social que descuida de sus ancianos no tiene pasado. Y contar sólo con el presente fugaz no es más que una mera ilusión”, recordó el doctor Boleso.
Marco Teórico referencial. La ONU ha proclamado el Primero y Segundo Decenio para la educación en la esfera de los Derechos Humanos (1994-2003 y 2004-2013), mencionó el co-director de la iniciativa y prosiguió: El 12 de junio de 2008, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que unos 75 millones de niños en el mundo no tienen acceso a la educación primaria y comienzan a trabajar a una edad temprana.
Asimismo, el preámbulo de la Declaración de los Derechos del Niño de 1959, señaló que "la humanidad debe al niño lo mejor que puede darle" en tanto que el de la
Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989 advierte que "en todos los países del mundo hay niños que viven en condiciones excepcionalmente difíciles", necesitando por lo tanto "especial consideración".
“Los niños abandonados en las calles, los niños tragados por la delincuencia, el trabajo infantil, la prostitución infantil forzada, el tráfico de niños para venta de órganos, los niños involucrados en conflictos armados, los niños refugiados, desplazados y apátridas, son aspectos del cotidiano de la tragedia contemporánea de un mundo aparentemente sin futuro”, señaló el Doctor Boleso en este contexto.
Recordó luego que en 1994 la Constitución Nacional Argentina incorporó a la Convención sobre los Derechos del Niño, en su bloque de constitucionalidad, “así que es ley suprema de la Nación”.
“Nuestro país sancionó entre otras las siguientes leyes: 25.255 “Aprobación del Convenio 182 (OIT) sobre la Prohibición de las Peores Formas de Trabajo Infantil y la Acción Inmediata para su Eliminación”, 25.877 “Ley de Ordenamiento Laboral y Trabajo decente”, 26.061 “Protección integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”, 26.206 “de Educación Nacional”, 23.364 “Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas”, y la 26.390 de “Eliminación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente”, enumeró.
Ricardo Martinek
martes, 6 de abril de 2010
Universitarios, gremios y docentes combatirán el trabajo infantil desde las escuelas
Como sucede en el mundo entero, en Corrientes, el trabajo infantil, la falta de empleo y los bajos ingresos son las principales causas de la deserción escolar.
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