El minero chileno Ariel Ticona, atrapado en el refugio junto a otros 32 compañeros desde el 5 de agosto, tendrá una hija con su pareja Elizabeth, que nacerá el martes próximo en una cesárea programada en un hospital de la vecina localidad de Copiapó.
La hija de Ariel y Elizabeth "va a nacer por cesárea, la cual está fijada para las 20 de ese día", dijo su hermana, Verónica Ticona. "Está todo bien, Elizabeth está un poco impaciente, pero tranquila", agregó,
A raíz de ello, el trabajador atrapado le solicitó a su familia que filmaran el nacimiento de su hijo para poder, aunque sea, verlo por video a 700 metros de profundidad, donde permanecen atrapados a la espera de poder ser rescatados por las autoridades.
Mientras tanto, los equipos de rescate trabajan día y noche para conseguir avances en las perforaciones. Pero la suerte de los 33 mineros, atrapados desde hace 40 días, ha vuelto a ser puesta en entredicho, luego de que el llamado plan B, el que avanzaba con mayor rapidez, sufriera un serio percance que amenaza ahora con su descarte definitivo o, en el mejor de los casos, con su reubicación en otro punto del yacimiento.
Ante este revés, autoridades del operativo de rescate evaluaron la posibilidad de dinamitar parte de la mina, pero la opción fue descartada rápidamente, por riesgosa e inviable.
La máquina Schramm T-130, que alentó las esperanzas de todo el país con su veloz perforación, sufrió el miércoles la rotura de su martillo, al toparse éste con un fierro apuntalador del túnel, a 268 metros de profundidad. El cambio de cabezal no sirvió y los esfuerzos por retirar los fragmentos del primero de éstos han sido infructuosos. El último intento se hizo por intermedio de un sistema de imanes, pero la presencia de magnetita en el ducto anuló sus propiedades magnéticas.
El plan A, correspondiente a la perforación realizada por una máquina Raisebore Strata 950, de origen australiano, también debió detenerse -a los 256 metros- para su manutención.
El plan C, el que involucra una perforadora petrolera, en tanto, aún no ha iniciado sus labores. Hasta ayer sólo habían llegado poco más de 30 de los 42 camiones que traen sus partes desde la minera Inés de Collahuasi, en Iquique. Las piezas deberán ser ensambladas y la máquina, instalada sobre una plataforma del tamaño de un campo de fútbol. Las autoridades han estimado el inicio de los trabajos para una fecha no anterior al 21 del actual.
La detención de las perforaciones causó una lógica preocupación entre los mineros y sus familiares. Los primeros, al no escuchar el esperanzador taladreo que los mantuvo expectantes durante los últimos días, y los segundos, al darse cuenta de que los plazos de rescate volverán a alargarse.
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